30 de noviembre de 2012

Electromagnetismo

Desde el siglo VI a. C. ya se conocía que el óxido ferroso-férrico, al que los antiguos llamaron magnetita, poseía la propiedad de atraer partículas de hierro. Hoy en día la magnetita se conoce como imán natural y a la propiedad que tiene de atraer los metales se le denomina “magnetismo”.

Los chinos fueron los primeros en descubrir que cuando se le permitía a un trozo de magnetita girar libremente, ésta señalaba siempre a una misma dirección; sin embargo, hasta mucho tiempo después esa característica no se aprovechó como medio de orientación. Los primeros que le dieron uso práctico a la magnetita en función de brújula para orientarse durante la navegación fueron los árabes.
Como todos sabemos, la Tierra constituye un gigantesco imán natural; por tanto, la magnetita o cualquier otro tipo de imán o elemento magnético que gire libremente sobre un plano paralelo a su superficie, tal como lo hace una brújula, apuntará siempre al polo norte magnético. Como aclaración hay que diferenciar el polo norte magnético de la Tierra del Polo Norte geográfico. El Polo Norte geográfico es el punto donde coinciden todos los meridianos que dividen la Tierra, al igual que ocurre con el Polo Sur.
Sin embargo, el polo norte magnético se encuentra situado a 1 200 kilómetos de distancia del norte geográfico, en las coordenadas 78º  50´ N (latitud Norte) y 104º 40´ W (longitud Oeste), aproximadamente sobre la isla Amund Ringness, lugar hacia donde apunta siempre la aguja de la brújula y no hacia el norte geográfico, como algunas personas erróneamente creen.

29 de noviembre de 2012

Descubren un agujero negro súper masivo

Científicos europeos han descubierto un agujero negro súper masivo con una masa equivalente a 17.000 millones de soles, situado en el centro de una pequeña galaxia, informó hoy la revista científica "Nature".

El agujero, detectado por un equipo del Instituto Max Planck de Astronomía se encuentra en el centro de la galaxia NGC 1277, en la constelación de Perseo, a 220 millones de años luz.

"Es uno de los agujeros negros más grandes que se ha observado hasta ahora y cientos de veces mayor de lo que estimábamos para una galaxia de este tamaño", afirmó el astrónomo holandés Remco van den Bosch, que lidera la investigación.Los científicos creen que la mayoría de las galaxias, incluida la Vía Láctea, albergan en su seno un agujero negro súper masivo, y hasta ahora han hallado alrededor de noventa candidatos que podrían serlo. Según esta hipótesis, la masa de este tipo de agujeros negros representa alrededor del 0,1 por ciento de la masa total del bulbo estelar de su galaxia -el grupo central de estrellas.
Sin embargo, la masa del agujero descubierto por Remco van den Bosch y su equipo supone el 14 por ciento de la masa total de su bulbo galáctico, 3 puntos más que el agujero más masivo descrito hasta ahora.
La diminuta galaxia, cuya masa es sólo una décima parte de nuestra Vía Láctea, "es una auténtica rareza" ya que "casi toda ella es un agujero negro y podría ser el primer objeto en un nuevo tipo de sistemas de galaxias-agujero negro", señaló por su parte Karl Gebhardt de la Universidad de Texas (EEUU).
De hecho, el agujero descubierto es tan masivo que las estrellas que lo rodean se desplazan muy rápido y superan los 100 kilómetros por segundo (360.000 kilómetros por hora).
"La mayoría de estas estrellas están fuertemente influenciadas por la gravedad de su agujero negro, lo que hace que la galaxia sea muy compacta", apuntó Van den Bosch, quien cree que este hallazgo "podría cambiar las teorías sobre cómo las galaxias se forman y evolucionan".

28 de noviembre de 2012

Asteroides



Son una serie de objetos rocosos o metálicos que orbitan alrededor del Sol, la mayoría en el cinturón principal, entre Marte y Júpiter.                                                                                                     Algunos asteroides, sin embargo, tienen órbitas que van más allá de Saturno, otros se acercan más al Sol que la Tierra. Algunos han chocado contra nuestro planeta. Cuando entran en la atmosfera, se encienden y se transforman en meteoritos. Vistos desde la Tierra, los asteroides tienen aspecto de estrellas, de ahí su nombre (ἀστεροειδής en griego significa «de figura de estrella»), que les fue dado por John Herschel poco después de que los primeros fueran descubiertos. Hasta el 24 de marzo de 2006 a los asteroides también se los llamaba planetoides o planetas menores, pero esta definición ha caído en desuso. 
 El 1 de enero de 1801 el astrónomo siciliano Giuseppe Piazzi descubrió el asteroide o planeta menor Ceres, mientras trabajaba en un catálogo de estrellas. Este planeta menor fue denominado Ceres Ferdinandea en honor al entonces rey de las Dos Sicilias, Fernando I. Actualmente Ceres no es considerado un asteroide sino un planeta enano.
Las naves que han navegado a través del cinturón de asteroides han demostrado que está prácticamente vacío y que las distancias que separan los unos de los otros son enormes.
Los asteroides del cinturón se formaron, según una teoría, a partir de la destrucción de un planeta, un pequeño planeta. Habría que juntar 2.500 veces los asteroides conocidos para tener la masa de la Tierra. 
Según otra teoría, un grupo de unos 50 asteroides se formaron con el resto del Sistema Solar.
Después, las colisiones los han ido fragmentando.

Clasificación por la posición en el Sistema Solar 
Cinturón de asteroides
Asteroides cercanos a la Tierra (NEA) 
Asteroides troyanos 
Asteroides centauros 
Asteroides coorbitantes de la Tierra                                                                               

Teoría de la Gravitación Universal

La Luna gira alrededor de la Tierra. Como su tamaño no parece que cambie, su distancia será aproximadamente la misma y por lo tanto su órbita deberá parecer un círculo. Para mantener a la Luna moviéndose en ese círculo antes que deambular por ahí, la Tierra deberá ejercer una montes atracción sobre la Luna. Newton llamó a esa fuerza de atracción la gravedad. ¿Es la misma que atrae todos los objetos hacia abajo?
Si esa era la misma fuerza, entonces debería existir una conexión entre la forma como caen los objetos y el movimiento de la Luna alrededor de la Tierra, es decir, su distancia y periodo orbital. El periodo orbital que conocemos es el mes lunar, corregido por el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, que también afecta al tramo de tiempo entre una "luna nueva" y la siguiente. La distancia fue estimada anteriormente en la antigua Grecia.
Para calcular la fuerza de gravedad sobre la Luna, se debe conocer que débil es a la distancia de la Luna. Newton mostró que si la gravedad a la distancia R era proporcional a 1/R2 ("inverso del cuadrado de la distancia"), la aceleración g medida en la superficie de la Tierra debería predecir correctamente el periodo orbital de la Luna.
Newton fue más allá y propuso que la gravedad es una fuerza "universal" y que la gravedad del Sol mantenía a los planetas en sus órbitas. Fue capaz de mostrar que las leyes de Kepler eran consecuencia natural de la "ley de los inversos cuadrados" y hoy todos los cálculos de las órbitas de los planetas y satélites siguen su huellas.
Hoy en día los estudiantes que deducen  las leyes de Kepler de la "ley de los inversos-cuadrados" usan el cálculo diferencial, una herramienta matemática en cuya creación Newton tuvo una gran participación. Es interesante, sin embargo, que en la demostración que Newton publicó no usaba el cálculo, saino que dependía de propiedades complejas de las elipses y de otras secciones cónicas. Richard Feynman, físico independiente ganador del Premio Nobel, volvió a deducir esa demostración (como hicieron algunos predecesores distinguidos).